26
Junio
Desafíos y cambios en el transporte público por el covid-19
Con el inicio de la pandemia del coronavirus, la cual ha azotado a todo el mundo; el Perú no fue ajeno a este escenario tan devastador y tras instaurar el gobierno medidas extremas de confinamiento obligatorio, distanciamiento social, ordenes de inamovilidad en casa o comúnmente llamado “toque de queda” para combatir este suceso sin precedentes en la historia del mundo moderno; hoy se empieza a flexibilizar las medidas en pro de la reactivación económica por fases, pero con lo antes dicho, ¿Cómo pueden manejarse todas estas medidas en el transporte público?
Pese a seguir con este estado de alarma, con una curva de contagios que se incrementa de manera exponencial y pone en evidencia que la llamada “meseta” aún esta un poco lejos de ser alcanzada; el Gobierno empieza a permitir la reapertura de actividades económicas y el retorno de los trabajadores de manera presencial; en un escenario donde no debemos dejar de mirar al transporte público.
Actualmente, el 75% del transporte urbano en nuestra ciudad, está a cargo del transporte formal tradicional, el 13% lo conforman los corredores existentes (Rojo, Amarillo, Verde, Morado y Azul), el Metropolitano y la Línea 1 del Metro de Lima; mientras que un 12% lo componen el transporte informal donde están las llamadas “combis” y “colectivos informales”.
Hoy en día se empieza a reglamentar las nuevas formas del uso del transporte público; los buses deben funcionar con un aforo reducido para garantizar el distanciamiento social entre los usuarios del servicio, así tanto choferes y cobradores deberán usar mascarillas y guantes para evitar la transmisión del coronavirus.
Mediante la Resolución de Presidencia Ejecutiva 66-2020-ATU/PE del 24 de mayo, la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) dispuso, que el servicio público de transporte para Lima y Callao se realice “con el 100% de la flota”. En esa línea, también indicó que el servicio debe "cumplir con lo establecido en los lineamientos, protocolos y normas sanitarias aprobados por el Ministerio de Salud y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones" (Publicado en el diario oficial El Peruano, el 25 de mayo de 2020).
El protocolo de transporte de pasajeros es de cumplimiento obligatorio por parte de conductores y usuarios para evitar la propagación de la COVID-19.
En medio de este escenario, se vienen implementando las medidas para supervisar el cumplimiento de las nuevas reglas en el transporte urbano buscando evitar que el transporte origine un brote masivo de contagios; así se está incidiendo que conductores y usuarios respeten la reducción del aforo en los vehículos.
Pero para hablar de cifras más exactas y entender lo que implica el poder supervisar a todo el transporte público en medio de esta emergencia sanitaria, según la ATU la flota de buses de Lima y Callao formal – buses, micros, coasters y combis formales– es de alrededor de 24.420 unidades; el Metropolitano tiene otros 500 buses y la línea 1 del metro de Lima, un total de 44 trenes. Entonces, como podría la ATU que cuenta con solo 126 inspectores, fiscalizar todos estos vehículos en la capital; ¿Con estos números como se puede garantizar una supervisión estricta y al 100% de todo el transporte público? Pero lo más preocupante aún es ¿Quién supervisa o regula a los informales?
Se sabe que el transporte informal no tiene choferes empadronados y operan sin autorización, y por años ha generado tráfico vehicular en las calles; pero hoy lo más riesgoso que advierten muchos especialistas en materia urbana es que estos pueden convertirse en focos de contagio, al trasladar a varias personas en espacios reducidos sin ningún protocolo de higiene. Solo en Lima se estima que existen alrededor de unos 30 mil vehículos que realizan transporte colectivo invadiendo la ruta de los corredores formales.
Como es de información pública, las autoridades han puesto en marcha un plan multisectorial que consiste en reducir las aglomeraciones en paraderos y buses (ambos tendrán 50% de su capacidad), pero también se busca que los pasajeros realicen más viajes a pie o en bicicleta; vehículos de movilidad personal resultan ser una alternativa para la movilización sin riesgo de contagio, durante y después de la cuarentena.
Así según lo informó el Diario El Comercio en su edición digital del 25 de mayo, en una carta enviada el 5 de mayo, a la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), el Gremio de Micromovilidad del Perú solicitó que el transporte en scooters y bicicletas fuera incluido entre las actividades comerciales por reanudarse como parte de la reactivación económica. También pidieron que este tipo de movilidad fuese declarado prioritario para reducir el riesgo de contagios. Cabe mencionar que este gremio lo integran las empresas que ofrecen servicios de arrendamiento o venta de scooters y bicicletas, así como asociaciones de ciclistas y las empresas de servicio de mantenimiento y repuestos para estos vehículos.
En esta línea, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones informó que están comprometidos con fomentar el transporte alternativo en el país. Aunque no precisaron los lineamientos, esperan que estos servicios puedan operar en el corto plazo.